Cronista de fútbol: Siempre gana


Artículo Escrito por: Juan Manuel Guevara.

Para los fanáticos del fútbol, es casi un ritual y una necesidad escuchar los comentarios y los análisis que sobre el equipo de sus afectos se puedan encontrar en las emisoras radiales o en los canales de televisión especializados en ese tema. Debo confesar que siento un poco de envidia de los que pueden ejercer una profesión en la que además de estar inmerso a diario en un tema tan apasionante como el fútbol, reciben un sueldo por eso, pero más aún, tienen la comodidad de saber que en muy pocos casos, por no decir que en ninguno, los errores se pagan.


En la mayoría de los empleos o actividades económicas, se asumen riesgos, se toman decisiones que determinan el éxito y la continuidad o no en un empleo o negocio. Llevo algún tiempo trabajando en mercados de capitales, y es un trabajo en el que encuentro una semejanza inmensa con el fútbol. Usted planea lo que va a hacer pero no siempre salen las cosas como quisiera, los resultados a corto plazo lo sostienen dentro del equipo, lo que ha ganado en su historia reciente no avala ni es soporte para el presente, y también se cuenta con analistas para los que es muy fácil revisar y decir que se pudo haber hecho pero no responden por los pronósticos que ya hicieron y no resultaron.



En efecto, cuando usted va a comprar una acción o un activo, solo sabe el precio actual, pero no sabe qué va a pasar posteriormente, y es un error normal en los que no conocen el medio el revisar un gráfico y ver qué tan fácil hubiera sido comprar barato y vender caro. Los cronistas o periodistas de fútbol hacen exactamente ese trabajo. Es muy fácil decir que se pudo haber hecho cuando las cosas ya pasaron, y concluir sobre cosas que se pudieron haber hecho pero no se hicieron, porque lo verdaderamente complicado es haberlo dicho antes de empezar. Pero bueno, hay algunos cronistas, por no decir que todos, que con sus delirios de profetas, se atrevieron a predecir lo que se debía hacer, pero solo sacan pecho y lo recalcan con su típica y rayada frase “ya lo habíamos dicho antes…” cuando aciertan, pero cuando no aciertan pasan agachados. 

Qué bueno sería nosotros los mortales tomar decisiones en las que si se acierta se recibe el premio, pero si no se acierta simplemente se dejan ir y ya, borrón y cuenta nueva. Seguramente es un toque de humor el que quieren imprimir a sus programas y no nos hemos dado cuenta, cuando hablan con tanta propiedad de tácticas y estrategias modernas de fútbol que el técnico debe aplicar en su equipo, antes o en el transcurso del partido, y termina siendo lo contrario a lo que dijeron, lo ridículos que se ven o se escuchan cuando por los laditos tratan de cambiar o de tapar lo que antes habían dicho,  o simplemente pasar agachados. Y en esta práctica de evadir sus profecías caen todos, los jóvenes y los viejos, en sus distintas modalidades que aquí en Colombia los encontramos: El Dios del fútbol, que cree que es la última palabra en el tema y su sabiduría sobrepasa los límites terrenales, que calla en forma burda a sus compañeros del set cuando no están de acuerdo con él haciéndolos quedar en ridículo ante la audiencia. 

El criticón empedernido y negativo, que todos sus comentarios son con tono sarcástico, burlón, negativo y sobrador, refiriéndose en muchas ocasiones a las personas que son objeto de sus comentarios con términos groseros y atrevidos, que seguramente no sería capaz de decirlos teniendo en frente a la persona a la que se refiere. El demagogo, que comenta como un hincha más, utilizando los micrófonos para decir lo que los fanáticos de su ciudad quieren escuchar y no la realidad, siendo esta modalidad en ocasiones muy peligrosa ya que con sus comentarios poco objetivos, parcializados, irresponsables y mentirosos incita y alborota más la furia y el vandalismo de las mal llamadas barras bravas. Y por último los acomodados, que no utilizan posiciones radicales para ganar audiencia, como los colegas de los tres casos anteriores, solo tienen una capacidad increíble de acomodar sus comentarios rápidamente a lo que está ocurriendo para no quedar mal, corrigiendo y tapando con habilidad sus profecías cuando no son acertadas, y gastando el 90% de su energía y tiempo recordando las que si fueron acertadas.

Dejando a un lado ya el sarcasmo, el llamado es a los periodistas deportivos, a que ejerzan su oficio con respeto al trabajo de los demás, con verdadero profesionalismo y con responsabilidad.
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Luis Fernando Santacruz

Diseñador gráfico rebuscador de ideas creativas e inteligentes. Curioso y emotivo del pixel, adorador conceptual del diseño web, publicista renegado por lo sublime más no por lo subliminal, políticamente diestro radical y moderado, musicalmente selectivo, diversamente organizado.

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